Más que un solo golpe
“Me
pegó con puños y cachetadas, me dijo que soy una p… yo no le respondí. Cuando
me ahorcó yo estaba pálida, incluso mis manos estaban frías. Sin darme cuenta,
él tomó un chuchillo y un martillo. Con el martillo me dio en la cabeza. No me
logre defender porque me tenía de los brazos, su cintura estaba en mi rodilla.
En ese instante pensé que mi aliento se acabaría en un solo segundo”
Maricruz
Surita Torres de 25 años fue una víctima más de los maltratos físicos y
psicológicos de gravedad. Así como ella, cuatro de cada diez mujeres en Perú
han sido agredidas por sus parejas, de acuerdo a las cifras del Instituto
Nacional de Estadística e Informática (INEI).
“No
pensé que la historia de mi madre se repetiría con la mía. Ella sumisa y
callada soportó 15 años de violencias físicas por mi padre, ignore el dolor de
ella y no hicimos nada”
Doris
Argumedo, docente del Departamento de Psicología de la PUCP, afirma que el 80%
de victimas de feminicidio fueron víctimas de actos de violencia previos. ¿Por
qué siguen junto al agresor? “Para mí,
el objetivo final no es que termine con la pareja. Hay una serie de cambios
trascendentes, nucleares y estructurales que la mujer debe lograr en relación
consigo misma y en su dinámica relacional con el otro y frente al mundo, antes
de poder asumir romper con todo aquello que era el núcleo de su vida”
argumentó.
Las
heridas cicatrizan. Pero, ¿Dónde quedó la paz, interior de una mujer? la
ansiedad, depresión, estrés, baja autoestima y autoaislamiento, son una lucha
difícil de superar. Además de ello, existen otras consecuencias que pasan
desapercibidas y las cuales provocan un impacto económico en las empresas.
Gran
parte de la literatura ha investigado el impacto de la violencia en la salud y
bienestar de las víctimas. Sin embargo, recién en los años 80’ surgió el interés por determinar los costos de la
violencia naciendo una nueva perspectiva para entender la violencia contra la
mujer centrado en las pérdidas económicas para las mujeres y sociedad.
Consecuencias Laborales
Los efectos han sido regulares
causando pérdidas de tiempo y retrasos en el trabajo (75%) y para el 17.1% los
efectos han sido mayores, afectando también la producción y el servicio,
paralizando la producción y ocasionando despidos. La violencia contra la mujer
es un problema social de dimensiones mundiales. Este tipo de violencia se puede
dar en tres aspectos: psicológica, física y sexual.
Según
la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) realizada por el Instituto
Nacional de Estadística e Informaciones (INEI), el 23.24% de mujeres
trabajadoras remuneradas ha sufrido algún tipo de violencia por parte de sus
parejas en el último año.
Los
departamentos con mayor índice de violencia femenina, tanto psicológica, física
y sexual, son Cuzco (37,8%), Callao (32.8%), Junín (31.8%), Apurímac (30.9%) y
Ayacucho (30.1%). En los departamentos de La Libertad, Huancavelica y Callao no
se han reportado casos de abuso sexual, según los datos de ENDES.
Además,
la encuesta afirmó que 23 de cada 100 trabajadoras remuneradas, han sufrido
violencia de sus parejas (60%) y ex parejas (40%) en el último año. Asimismo, la violencia contra la mujer ha
afectado la productividad de la empresa y retrasos en el trabajo (75%), y la
producción y servicio, paralizando la producción y ocasionando despidos
(17.1%). Por otro lado, según la observación de las gerencias, las trabajadoras
han sufrido distintas consecuencias
laborales, principalmente disminución del rendimiento (77.2%), ausentismo laboral
(70.9%), rotación de personal por despido o renuncia (35.4%), tardanzas
(60.8%), así como amonestaciones laborales (34.2%).
El impacto de la violencia contra
la mujer en la productividad laboral
{ Existe una relación directa entre la violencia
contra las mujeres y las consecuencias laborales reportadas por las propias
trabajadoras.
{ El 61.6% de mujeres víctimas de VCM durante el
último año, resulta haber sufrido alguna consecuencia laboral negativa.
{ El 41.1% de mujeres encuestadas refiere que como
consecuencia de la violencia han perdido la concentración en el trabajo,
bajando su rendimiento.
{ Otro, 30.2% refiere haber recibido regaños o
amonestaciones de sus jefes o supervisores
{ El 27.2%, ha llegado tarde o perdido citas laborales
{ El 20.5% ha dejado de trabajar algunos días y el
2.7% ha perdido su empleo por despido o renuncia.
Estas
víctimas pierden días laborales no solo por ausentismo, también por presentismo. Este promedio cuenta con la cifra promedio,
casi 24 días laborables por año. Prácticamente un es de trabajo. Es decir, cada
año en el Perú, producto de la violencia contra las mujeres, las mujeres están
dejando de trabajar más de 10 millones de días; donde el 60.3% proviene del
presentismo, y el 39.7% del ausentismo.
Centro de emergencia Mujer
Existen 114 centros de emergencia
mujer (CEM) a nivel nacional que reciben diariamente entre ocho y diez
denuncias de violencia contra la mujer, y la mayor cantidad de casos ocurre en
Lima, por ser la ciudad más poblada del país. Virginia Borra, titular del
Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (Mimdes), anotó que el 68% de las
mujeres peruanas ha sido blanco de violencia física o verbal alguna vez en su
vida. La mujer que acude a un CEM busca ayuda para mejorar su relación y
modificar el comportamiento violento de su pareja, y no tiene pensado
denunciarlo o separarse de él.
Todo
lo anterior es, desde luego, cambiable. Y muchas (y también muchos) han luchado
por ello. Combatiendo la violencia estructural con la búsqueda de igualdad de
oportunidades y condiciones; luchando contra la violencia simbólica a partir de
la visibilización y erradicación de concepciones y estereotipos sobre las
mujeres (y los hombres); remando a contracorriente de las acciones y omisiones
de las instituciones públicas y privadas; y luchando diariamente en contra de
todo tipo de violencia cotidiana, exigiendo respeto e igualdad, manifestando
dignidad. Hay muchas violencias, todas provocan sufrimiento, niegan la
humanidad. Pero también hay muchas luchas que buscan una vida pacífica, digna y
justa y que afirman la humanidad.”
Ciencias de la comunicación- III
ciclo
Alumnas:
Castro Villano, Meylinn
Escudero Mejia, Cynthia
Puchuri Luna, Celi